Seguro te ha pasado en más de alguna ocasión que planificas tus semanas o días, pero pasa y pasa el tiempo y finalmente no haces nada, o muy poco de lo que tenías planificado. Bien, si es tu caso estás procrastinando.
La procrastinación, es esta “habilidad” que tenemos los seres humanos para dejar para mañana lo que podemos hacer hoy y si bien este es un problema que se aparece en algunos trastornos (como el déficit atencional, algunos trastornos del ánimo y por supuesto en los trastornos de ansiedad) a todos nos pasa, o nos ha pasado que caemos en este letargo eterno para comenzar y terminar algunas actividades que, en general son aquellas de las que no nos podemos escapar, como las entregas para la universidad, los informes para el trabajo u otras que requieren atención, concentración, tiempo y eficiencia. Sin embargo, cuando entramos en la ola de la procrastinación es difícil salir y de pronto nos damos cuenta de que se nos pasó la semana completa y (nuevamente) no hicimos nada… ¿qué viene de ahí?, pensar, ¿porque soy tan floja/o?, ¿qué me pasa que perdí el tiempo? Y seguramente después, adoptamos una actitud castigadora con nosotras/os mismas/os.
Pero ¿te has preguntado qué hay detrás de la procrastinación?, la verdad es que si te pones a observar cuales son las tareas con las que más a menudo te ocurre esto, tal vez te darás cuenta que muchas de ellas son efectivamente situaciones que te provocan ansiedad y estrés y junto con eso aparezcan pensamientos del tipo “no voy a poder con esto”, “es demasiado difícil para poder hacerlo”, “no soy capaz”, “no lo haré perfecto”, con lo cual se generan emociones como miedo, ansiedad, tristeza, culpa, y ESO es lo que te tiene sin poder avanzar. Entonces cuando procrastinamos no es que estemos siendo flojas/os, lo que ocurre es que nuestro cerebro nos “ayuda” a escapar de estas situaciones que son estresantes, entonces se activa para hacer que busques conscientemente o no, actividades que son más placenteras y así, se nos pasan horas en redes sociales, aseando la casa, ordenando el clóset, vitrineando en línea, hablando con amigos que hace tiempo no hablamos, etc.
¿Qué hacer para dejar de procrastinar (o al menos intentarlo)?, bien, luego de conocer cuales son las tareas que te hacen procrastinar es importante establecer qué emociones o sentimientos provocan estas tareas, también qué aspectos de tu personalidad y tu forma de mirar el mundo se ponen en alerta cuando te enfrentas a ellas, conocerse siempre ayuda a enfrentar de mejor forma esta y cualquier situación.
Una de las cosas que más se recomienda es tener una lista de pendientes y un calendario que te permita planificar sin que tengas que estar trabajando bajo presión. Si además tienes problemas para focalizar tu atención, otra técnica puede ser hacer una lista de tus actividades cotidianas e ir verificando a lo largo del día que las estas cumpliendo (e ir agregando a esta lista poco a poco tus pendientes). Como siempre, hacer terapia para ayudarte siempre es una buena opción, pero debes tener en cuenta que la planificación es el primer y más importante paso para poder lidiar con esto al igual que felicitarte cuando vayas cumpliendo con esas tareas pendientes. Mirar tus emociones y también practicar mindfulness siempre ayuda a manejar la ansiedad frente a las tareas que parecen difíciles. Hacer meditación como el mindfulness te ayudará a ordenar y a entrenar a tu mente para que seas capaz de mantener la atención focalizada, con eso manejarás la ansiedad y podrás comenzar a combatir al monstruo de la procrastinación.
Escrito por Oriana Figueroa Valdebenito